¿Por qué se duermen después del sexo?



Por: Dr. Ezequiel López Peralta

Todo era fogoso y apasionado. Él la acariciaba, la besaba, le decía a su oído frases que transitaban de lo romántico a lo obsceno, pero de una manera muy excitante. Más allá del máximo placer que sentían, estaban absolutamente conectados entre sí, como si el resto del mundo no existiera. De repente, llegó… me refiero al orgasmo, la “pequeña muerte”. Y en cuestión de segundos, la escena cambia de manera rotunda. La excitación se esfuma, aparece en el hombre una necesidad de cierta distancia, como si quisiera recuperar su ser individual. El contacto no es el mismo, y a las palabras se las lleva el viento. Como si fuera poco, se duerme… quizás hasta el día siguiente.
La anterior es una escena frecuente, con más o menos condimentos, y que especialmente a las mujeres les suele afectar. No llegan a entender como de un instante a otro se produce semejante giro en la conducta masculina, pasando del éxtasis compartido a cierta indiferencia. Claro, no todos los hombres son iguales, ni todas las parejas, ni todas las situaciones. Pero, ¿cuál es la causa por la cual se produce esa desconexión sexual -y quizás emocional- en ellos?
No podemos negar que la química nos condiciona, nos guste o no. Durante la eyaculación, el hombre libera varias sustancias que producen lo que llamamos en biología “período refractario”, una etapa de duración variable en la que se desactiva el deseo y la respuesta sexual, y en ese momento además se produce una notable somnolencia. La adrenalina causa la pérdida inmediata de la erección, que se recuperará en mayor o menor tiempo de acuerdo a la edad, la estimulación y también cuestiones predisponentes a nivel orgánico. Y la prolactina, hormona conocida por su papel regulador de la secreción de la leche materna, baja el deseo y produce sueño.
En síntesis, nos guste o no la química existe y produce sus efectos, que debemos comprender. Pero claro, con un poco de buena voluntad y actitud positiva quizás las cosas puedan cambiar. Si tienes sueño, nada quita que no puedas abrazar a tu pareja y compartir algo diferente a la pasión, en todo caso un contacto tierno y afectuoso. O si necesitas hacer un paréntesis, puedes tomarte ese tiempo pero luego conversar con tu pareja, y tener un acercamiento que incluya caricias suaves, besos afectuosos y una contemplación que los conecte nuevamente. Desaparecer de la escena sexual y que se esfume la intimidad como por arte de magia, puede ser mal interpretado y producir resentimiento. La pareja y la sexualidad requieren del entendimiento del otro, respetar su postura pero también hacer ajustes en nuestra conducta para que los dos estemos satisfechos.(discoverymujer.com)