En las actividades de Social TV que realizamos recientemente, una de las inquietudes más recurrentes era acerca de los indicadores para detectar a un infiel (claro, las preguntas provenían de mujeres pero también sería aplicable a la infidelidad femenina).
Los psicólogos somos expertos en relativizar nuestras respuestas, porque de hecho una generalización absoluta es imposible y hasta cierto punto irresponsable. Pero en este caso, más que nunca cabe decir “todo depende”.
Hay algunos comportamientos específicos que podrían estar vinculados a la existencia de una relación paralela, por ejemplo:
• Cambios en las rutinas diarias sin explicación aparente, especialmente llegadas tarde a la casa.• Manejo exageradamente celoso del teléfono, el correo electrónico y las redes sociales.
• Relación casi adictiva con internet, hasta altas horas de la noche.
• Interés súbito y quizás excesivo en la propia imagen, incluyendo obsesión por el cuerpo, cambio total de vestuario o apariencia.
• Trato indiferente o menos cariñoso que de costumbre.
• Disminución del interés sexual, y en algunos casos problemas de funcionamiento genital.
• Mentiras, contradicciones y conductas evidentes de ocultamiento.
En la lista puede haber más ítems, pero la verdad es que ninguno en particular ni alguna combinación en especial nos dan la certeza de que el engaño se está consumando. Por ejemplo, tu pareja puede cambiar su apariencia quizás porque se ha decidido a mejorar su autoestima y considera que ese es un camino acertado. O su interés sexual ha disminuido, pero la causa es un medicamento que está tomando para la depresión o un trastorno hormonal. Puede ser indiferente contigo, porque no sabe cómo manejar más asertivamente un enojo o conflicto no resuelto. Pero también es verdad que en la medida en que se suman indicadores, las probabilidades de infidelidad son mayores.
Pienso que se debe evitar la conducta persecutoria y policíaca. Si sospechas que tu pareja te es infiel, enfrenta la situación con apertura, mostrándole que hay una disposición a escuchar la verdad sin reacciones emocionales de las que puedan arrepentirse. Indica con precisión las señales que te hacen sospechar, y traten de encontrar una explicación coherente. Trabajando sobre una comunicación funcional, muchos conflictos y dudas se van a resolver.